Nuestra capital se abre cada vez más a la diversidad de tradiciones de las minorías étnicas y nacionales que la habitan. Los varsovianos se interesan por otras culturas, desean conocer sus costumbres y sabores. Está de moda aprender lenguas extranjeras exóticas, se organizan muchos festivales e iniciativas relacionadas con la multiculturalidad, la cual genera gran interés entre los habitantes. Con ello aparecen nuevos e interesantes lugares. Varsovia se vuelve poco a poco una ciudad multicultural, al igual que Londres o Nueva York. Cada quien comenta su descubrimiento de otras culturas de distinta manera. Para aquellos que buscan nuevas experiencias para su paladar, los invito a probar las distintas cocinas exóticas en restaurantes y bares, tales como la Yerbaciarnia Terere con un clima de América del Sur, el Café Baobab, propiedad de Senegaleses, o el bar vietnamita Pho 14. Algunos de estos locales son también lugares interesantes por su ambiente y clima exótico, al igual que por los distintos eventos que tienen ahí lugar, por ejemplo, exposiciones, muestras de fotos o clases de baile. En Varsovia no faltan tampoco las tiendas con productos y alimentos del extranjero, ropa y todo tipo de accesorios, por ejemplo, la tienda hindú Radha Shop, la asiática Etnikana y Deesis, que ofrece todo tipo de productos de Nepal y Tíbet.

Una manera interesante de comparar las culturas es aprender sus bailes o artes marciales. En la capital se han fundado, entre otras, la escuela Africana de movimiento y baile Uanga, Salsa Libre o la Escuela de Artes Marciales del Maestro Nama. Los Varsovianos tienen la posibilidad de inscribirse a cursos de baile con movimientos de lucha en la Escuela de baila con movimientos de lucha, o el capoeira brasileno en la escuela Grupa Morro de Santana.

Para aquellos deseosos de ampliar su conocimiento sobre una cultura en concreto les recomiendo los institutos extranjeros y centros de cultura, que en Varsovia hay en cientos. Entre ellos se pueden mencionar el Centro de Cultura Árabe, el Centro de Cultura Húngaro y el Centro de Cultura y Ciencia Ruso. También es digno de mención el Centro de Culturas del Mundo en Praga, en el cual se llevan a cabo talleres de tambores y baile. Con toda seguridad vale la pena visitar el Museo Etnográfico Nacional y otros museos multiculturales, por ejemplo, el Museo de Asia y el Pacífico o el Museo de Historia de los Judios Polacos.

Existen también otros lugares interesantes en Varsovia, que son recuerdos de sucesos pasados o personas de distintos rincones del planeta, cuyos caminos les llevó a las costas del Vístula. Por ejemplo, en Wola en la calle Wolska se encuentra el único cementerio ortodoxo fundado por decisión del zar en 1834. En este distrito se encuentran también muchos otros cementerios de distintas fes, por ejemplo, el Cementerio Judio, el evangélico-reformado, el evangélico de augsburgo o hasta el Cementerio de Karaim. Entre muchos otros monumentos que dan fe de la multiculturalidad en Varsovia y su rica cultura, se pueden contar iglesias y sinagogas, que quedaron como recuerdo de previos habitantes de la capital, entre ellos, la más vieja en este territorio Iglesia de la Santa Trinidad, la Iglesia Grecocatólica de los Monjes Basilios y la única sinagoga activa de la época previa a la guerra de nombre Cónyuges de Nozyki, en la plaza Grzybowska, tan fuertemente relacionada con la cultura judía.

Como se puede ver, Varsovia está repleta de lugares multuculturales interesantes. Basta con saber dónde buscar, para descubrir la capital de nuevo, permitirse a uno mismo verla desde una perspectiva multicultural. Ahora nos queda sólo buscar el tiempo libre e ir a un paseo tras las huellas de otras culturas.

Anna Nguyen Viet