Yo mismo estuve sorprendido positivamente cuando estalló la revolución en Tunisia. Y más aun porque se logró alejar del poder a un dictador que gobernaba durante años, que resultó ser un tirgre de papel, Zenalabideen Ben Aliego.

Este levantamiento del pueblo enseñó a otras naciones árabes, que es posible derribar incluso a la dictadura más fuerte, sin ser organizado, sin estructuras del partido, sin armas y, que es lo más importante, sin revueltas militares que restituyeran a otros regímenes dictatoriales. La oleada del Tsunami Árabe pasó por otros paises árabes: Egipto, Sudán, Yemen, Jordania, Baréin, Omán, Argelia, Libia, Marruecos, Iraq, e incluso por Arabia Saudita y Siria de lo cual se hablaba muy poco o nada en los medios de comunicación occidentales. Los expertos decían mucho sobre las causas de estos movimientos.

Primeros decían sobre las condiciones políticas y la dominación de los sistemas de poder dictatoriales. Segundos consideraban las causas económicas. Terceros hablaban sobre la corupción de las autoridades. Otros veían en esto huellas dactilares de unas organizaciones extranjeras, empezando con Al Qaeda y terminando en CIA. Los siguientes ven en esto la realización de un etapa del concepto del “Gran Tablero Mundial”. El concepto fue creado por Zbigniew Brzeziński y presentado al final del siglo pasado en el libro con el mismo título. Brzeziński presentó en ella su visión de la política exterior estadounidense del siglo XXI. Demostraba, que la razón de estado americana require de las autoridades de EE. UU. garantizar el control sobre la región de Eurasia, es decir, de Kazajistán a Marruecos. La causa es que esa zona contiene más de 80% de yacimientos mundiales de petróleo y gas natural, y además las más importantes rutas de transporte de estas materias primas a EE. UU. Sin embargo, la mayoría de estas teorías son solamente teorías o tuvieron muy poca influencia en el comienzo de las revoluciones.
Dejando al lado el estereotipo del árabe presentado en las películas de Hollywood y los medios de comunicación occidentales, en la historia de los árabes hay muchos acontecimientos que tuvieron su origen, se podría decir, en unas causas communes y ordinarias.
Esto puede ayudar a explicar porqué acacheteando al vendedor de verdura Mohammed Boazizi una policía llevó a derribar al dictador tunecino y luego al egipcio, y la serie de domino sigue cayendo.
Los árabes son un pueblo muy orgulloso. Valores tradicionales y su sistema moral son muy importantes para ellos. Son muy simples y complicados a la vez. Hay que recordar, que los árabes son, sobre todo, gente del desierto; entonces, este ambiente influyó muchísimo su identidad y sistema de valores y creencias. Aquí hay que mencionar que para un árabe la dignidad tiene más valor que la vida.

En los siglos de oro del imperio musulmán soldados del Imperio romano del Oriente cautivaron a una campesina de las regiones fronterizas. Ésta, en el acto de desesperación, pedía ayuda al califa Al-Moutasem. Cuando la noticia llegó al destinatario, éste mandó sus tropas que luego expulsaron a los romanos, liberaron la ciudad y devolvieron la libertad a la mujer. Para el califa, la dignidad de la mujer fue más importante que las victimas y su propia dignidad no le permitía denegar la ayuda. Su honor no podia ignorar la llamada a pesar de los costes.

Otra historia aconteció en los años 20 del siglo pasado. En consecuencia de la caída del Imperio otomano después de la Primera Guerra Mundial Siria se encontró bajo el “poder” francés. Francia intentaba dividir el territorio de Siria en pequeños estados étnicos conforme a la regla separa y gobierna. El descontento social fue enorme. Pero no fue na causa directa que llevó a la pérdida la colonia.

Uno de los heroes nacionales de la lucha política por la independencia de Siria, perseguido por las autoridades francesas se refugió en casa de un caudillo druso, sultán Al.-Atrash. Cuando el ejército francés se enteró, atacó la casa. Soldados entraron y arrestaron al héroe violando al mismo tiempo la dignidad del caudillo y una regla no escrita de la inviolabilidad de la casa. El resultado no tardó mucho en llegar. La revolución que estalló se extendió a todo el país y llevó a conseguir la independencia de Siria. Son solamente algunos ejemplos de los acontecimientos que surgieron de la violación de la dignidad personal o los sentimientos nacionales de los árabes. Hubo también muchos ejemplos menos conocidos. Aun en Polonia. Hace unos años, un palestino, dueño de un negocio ubicado en las afueras de Varsovia mató a unos miembros de la mafia por intentar cobrarle ilegalmente por poder llevar su negocio. Según la ideología árabe, su dignidad sería violada si obedeciera y pagara lo que no les correspondía.

Los regímenes árabes olvidaron de la regla de dignidad del hombre, especialmente después del debilitamiento o desaparición total de la oposición. El ciudadano de estos países solamente luchaba para poder sobrevivir y alimentar a su familia. La política ya no le interesaba. Durante dos o tres décadas las naciones árabes estaban adormecidas. Los regímenes consolidaban sus poderes y ahogaban violentamente las voces de oposición.

El enriquecimiento enorme de los líderes de regímenes y los miembros de sus familias no pudo quedar sin sanción. Mohammed Boazizi, que se incendió en Tunisia en señal de protesta tras haber sido acacheteado por una policía y tras haber perdido sus mercancías, no era un vendedor común. Era un ingeniero informático con diploma. El paro le obligó a empezar ese trabajo. Aun esta ocupación no se protegió de la intervención de los órganos de la seguridad pública. Y no es que alguien se enriqueció, sino que lo hizo a costa de millones de pobres que viven por menos de un dólar al día y al mismo tiempo se oprime su dignidad con cada paso.
Un proverbio árabe dice: “¡Vive con dignidad o muere!”. Probablemente los árabes decidieron vivir siguiendo este proverbio, disfrutando de todos sus derechos, siguiendo el ejemplo de sus vecinos del norte donde el sistema del poder democrático garantiza a todos vida y dignidad.

Maged Sahly

Tłumaczenie: Joanna Kicińska