Autor: Gonçalo Franco
Fuente: www.kontynent.waw.pl
Cada uno responde a esta pregunta de una manera diferente. Sin embargo, en una serie de artículos bajo el título anteriormente mencionado me atrevo a expresar mi propia opinión sobre el tema. Mi posición sobre este asunto tiene dos puntos de partida. Por un lado, voy a tratar de animales a abandonar los más grandes estereotipos acerca de los peruanos y ampliar su experiencia y conocimiento de las culturas diferentes de Perú, así que van a mirar esta nación de una perspectiva nueva. Por otro lado, al mostrar muchas similitudes entre la cultura polaca y peruana, voy a tratar dar mi aporte en la construcción de la comprensión mutua. Con el fin de mantener la claridad, lo divido en tres artículos. Cada uno se refiere a un tipo diferente de los estereotipos sobre Perú y los peruanos que les trata como a: un grupo que no se difiere para nada del resto de los latinos de Sudamérica, únicamente los habitantes de los Andes, los ciudadanos de segunda clase del mundo. Permítanme empezar por la primera categoría titulada "¡Los latinos! ¡Todos sois iguales!"
PARTE 1: "¡Los latinos! ¡Todos sois iguales!"
¿Es verdad que los polacos ven a los peruanos de igual manera que a todos los latinos?
Tal vez la situación que se describe a continuación es mucho más común en otros países europeos, pero nadie puede negar que también pueda ocurrir en Varsovia.
- "¡Los latinos! ¡Todos sois iguales!"
- Mmm... no me parece.
- ¡Claro! ¡Todos lo dicen! Por una parte es la gente más amable y feliz en el mundo, que ama la salsa, la comida picante, que juega muy bien al fútbol y que tiene un clima excepcional. Por otra parte, no le gusta trabajar, es difícil confiarle, no es puntual, hace caso omiso de los demás, y ¡se comporta como machos! :/
- Bueno, tal vez tenga razón. Me parece, sin embargo, que....
América Latina es una zona muy diversa a nivel cultural; así como no se puede comparar Polonia con el resto de Europa, de igual manera cada país de América Latina es totalmente diferente. Es cierto que entre estos países hay muchas similitudes derivadas de la época colonial. Estos se refieren a la lengua (principalmente española y portuguesa), al origen étnico (aunque en algunos lugares, en contraste con los otros, dominan los africanos, los americanos, los asiáticos o los europeos) y a la religión (principalmente, el cristianismo – catolicismo). En cuanto a los hispanos, podemos notar las similitudes en la economía, la política y la historia social, a saber: la inestabilidad política, la falta de coherencia en la economía (en la mayoría de los países) y una alta dependencia de los recursos naturales. Entre otros, se pueden también distinguir: la asistencia médica y la educación que dan lugar a muchas dudas, la delincuencia elevada y violencia (en diversas formas y en diversa escala), y un escaso conocimiento de las cuestiones ambientales. Estos factores sin duda, refuerzan el argumento de que los países latinoamericanos son muy similares. ¡No debamos quedar atrapados en una trampa! De hecho, esto no significa que son exactamente iguales. Todos los países de América Latina se formaron como resultado de ciertos fenómenos lo que difiere cada uno significativamente de sus vecinos. En el caso de Perú, su naturaleza ha sido condicionada por el hecho de que su territorio perteneció al Imperio de los Incas (no a los Aztecas o los Mayas). Es más, también fue seleccionado por el Reino de España como la sede de la administración para poder gestionar todas sus colonias americanas. Aparte, Perú tiene una enorme cadena montañosa que divide al país en tres zonas geográficas totalmente diferentes. Además, Perú está fuertemente influenciada por los inmigrantes que vienen aquí desde hace 150 años, principalmente de China y Japón; y se caracteriza por el hecho de que en todo el país se producen las cuatro estaciones al mismo tiempo, en lugar de una como en Polonia. Se podría enumerar por mucho tiempo, pero las diferencias que hacen de Perú un lugar único se podría encontrar muchas más, incluso en términos históricos.
Cada país también se caracteriza por su diversidad interna. En el caso de Perú, se trata principalmente de las diferencias relativas más bien al estatus social y económico que, por ejemplo, al lugar de nacimiento o religión. A partir de la época colonial, la aspiración para lograr un alto status social ha sido constantemente objeto del racismo, denominado por Gonzalo Portocarrero (1989), “el racismo estético". En otras palabras, por desgracia, el origen sigue siendo actualmente de gran importancia en Perú. Los estándares estéticos están determinados por la élite adorada y autodeterminada que acepta unos y rechaza otros en función del color de su piel, sus ojos y/o su pelo (por ejemplo, las personas con el pelo rubio se trata mejor), y otras características de la apariencia. Es más, Marisol de la Cadena en su obra Indigenous Mestizos (2000) nos indica que todas las normas de aceptación social en Perú, de un día para otro, se hacen cada vez más complicadas. También subraya la importancia de la formación y buena educación en el ‘mapping’ (un proceso llamado de esta manera por Donald Moss 2006). Este proceso consiste en colocar a una persona de baja condición social a lo largo del eje horizontal y vertical para determinar los elementos de la distancia y la jerarquía que, a su vez, servirán para crear su nueva identidad denominada ‘el otro’ (Moss, 2006:271). Por lo tanto, los peruanos divididos en los grupos sociales con una formación académica y educación específicas, e incluso las características determinadas de la aparición (relacionadas principalmente con el origen étnico, el lugar de nacimiento y la lengua materna), construyen y adaptan las numerosas y complejas identidades que les diferencian claramente unos de otros. Al mismo tiempo, también construyen un camino a la identidad nacional. También en los países vecinos de Perú, podemos ver las estructuras sociales que forman fuertes diferencias entre los compatriotas.
Siendo consciente de que cada país de América Latina tiene una historia diferente y que cada hispano es diferente del otro por razón de la estructura social de la que procede, ¿todavía nos atrevemos a creer que todos los hispanos son iguales? Además de esto, volvemos brevemente a Polonia y nos preguntamos: ¿con quién haría amistad un peruano de una gran ciudad más rápido; con un polaco que vive en Varsovia – una ciudad que cuenta con la modernidad, donde la música punk y la música rock son más puestas por los adolescentes, donde las personas, en primer encuentro, le aprietan la mano con una reserva e indiferencia, donde el desarrollo económico sigue siendo cada vez mayor, sin embargo, todavía deja mucho que desear, y por último, donde la gente tiene que trabajar durante toda su vida para lograr la calidad de vida, o con un latino que viene de un país tropical, de un pueblo de los Andes, de un país bajo la dictadura o un país de economía poco estable. Por supuesto, que le sería mucho más fácil llegar a conocerse con el polaco/la polaca. Este procedimiento no se basa en el origen sino en el estilo de vida de los polacos y los peruanos. Esto se refiere a las condiciones en que viven y la posición que ocupan en sus sociedades. Vale la pena señalar que tanto Perú como Polonia tienen economías de crecimiento más rápido en el mundo, y lo puedan creer o no, pero este desarrollo se lleva a cabo de una manera muy similar. Quiero señalar una vez más que no nos diferenciamos mucho entre sí. Como el montañés apegado a su folclore apreciará más rápido y entenderá a un peruano de los Andes, que también ama a su folclore y tradiciones, tan una chica de Varsovia, acostumbrada a los atascos de tráfico en la ciudad, una vida estresante, pero emocionante hará amigos rápidamente de una chica de Lima. Dondequiera que estemos, podemos vivir en armonía y entendimiento con la gente de todo el mundo, si sólo les damos la oportunidad de ser ellos mismos y conocernos a nosotros mismos. Sin duda, es mejor que clasificar a la gente con respecto a su nacionalidad o atribuirle un comportamiento poco convencional.
Luis Escobedo
Portocarrero, G. (1989) La Cuestión Racial: Espejismo y Realidad, Lima: PUCP. De la Cadena, M. (2000) Indigenous Mestizos: The Politics of Race and Culture in Cuzco, Perú, 1919-1991, Durham: Duke University Press. Bruce, J. (2007) Nos Habíamos Choleado Tanto: Psicoanálisis y Racismo, Lima: Fondo Editorial – Universidad de San Martín de Porres, pp. 131-2.
Tekst oryginalny w języku angielskim
Tłumaczenie: Agnieszka Rabiega
Fuente de la información: www.kontynent.waw.pl