Cada uno de nosotros lleva el multiculturalismo dentro de sí mismo, en mayor o menor grado. Absolutamente cada uno. Hace poco en Europa se habló mucho de cómo el multiculturalismo está en declive. Sonó muy particular, por no decir extraño.

¿Qué podría perder o ganar un fenómeno que forma parte integral del ser humano? Algo que es solamente un poco menos importante que la misma respiración. ¿Un hombre sano está pensando en inhalar oxígeno desde el aire? La respiración es algo natural. Creo que la respiración tiene mucho que ver con la identidad. Estoy hablando evidentemente de los elementos de nuestra identidad, de los valores cuyos raíces están a cienes o miles de kilómetros desde el lugar de nuestro nacimiento, el hecho que desconocemos. Estoy hablando de las cosas que fueron dadas en préstamo hace mucho tiempo, después fueron asimiladas y digeridas tan ligeramente que nuestro organismo y mente tenían la sensación de que estaban dentro de nosotros desde hace siempre. ¡A ver! ¿Quién dijo que el multiculturalismo estaba restringido a las sociedades multinacionales? ¿Quién dijo que Polonia, comparada con la sociedad inglesa, francesa, alemana, por no mencionar la estadounidense, era un país homogéneo? ¿Quién dijo que el multiculti eran solo colores y lenguas? Por último, ¿quién dijo que el multiculturalismo hoy en día es solo una descripción de una situación o una imagen de un lugar?

Hace unos años en los periódicos se escribió que la canciller de Alemania, señora Merkel, había constatado durante una junta con adolescentes que la política multiculti era un fracaso total. Añadió que, en práctica, la teoría de la sociedad multicultural no tuvo éxito. Eso concernía sobre todo a la minoría musulmana. Otros políticos le acompañaron. Se decía que los inmigrantes de los países árabes y de Turquía no querían integrarse. El multiculti está muerto. Se dio a conocer que en Alemania los crímenes los cometían sobre todo los extranjeros y que la policía tenía miedo de entrar a algunos barrios poblados por los inmigrantes. Supongo que a ese grupo también les incluyeron a los polacos.

Yo no veo ninguna correlación entre esos problemas y el multiculturalismo. Sabemos que esa noción abarca dos fenómenos. El descriptivo: en un lugar dado contamos con muchas sensibilidades culturales (de cocina, de música, de normas, de comportamientos, de religiosidad...). ¿Qué pasa con el segundo aspecto integral del multiculturalismo? Estoy pensando en la dinámica y en el intercambio entre las personas. ¿Por qué no se habla de la interacción que les acompaña? Alguien está confundiendo la integración con el multiculti. De las dos frases “vivir juntos” e “intercambiar valores”, alguien elige con persistencia solo la primera. ¡Y aquí el problema!

Busquen una frase “multiculturalismo” en Google y ya veremos qué imágenes saldrán. Los ojos humanos y los colores de la piel: amarilla, roja, blanca y negra. Los bloques lego. ¿Por qué no sale la cifra que se estuvo desplazando desde la India por el mundo árabe, para llegar a Europa? ¿Nos podemos imaginar los cálculos en números romanos? Por ejemplo XVII + L= LXXVII (27 + 50= 77). Aun los ordenadores tendrían un problema con esos cálculos. Esa es la tradición que Roma dejó a Europa. ¿Los números árabes no son un elemento del multiculturalismo? ¿Por qué a la frase “multicultural” en Google no aparece una cruz cristiana? ¿No es un símbolo de la aportación semita, judía, tan fundamental para las culturas europeas? No me gustan las estadísticas. No obstante, tengo que apoyarme en los números. El 33% de los seres humanos son cristianos, los musulmanes forman sobre el 20%, los judíos el 0,23% (fuente: Worldwide Adherents of All Religions, Mid-2005). Se observa que la mitad de la humanidad declara una conexión con las tradiciones de Abraham, entonces con la cultura semita. ¿Qué sería el depósito cultural europeo sin ese elemento asiático? ¡Europa es profundamente semita! Admitirlo ya es otra cuestión.

Volvamos a las palabras de la canciller y de todos los políticos europeos que se están quejando de que el multiculturalismo es un caso perdido. ¿Por qué el hombre tiende a fijarse solo en lo que es visible? Multiculti es por supuesto la migración, pero también el movimiento de ideas. El cero inventado por un genio indio, la unicidad semita de Dios que Europa tomó en prestado hace siglos, por la que se fascinó y la que digirió hasta aquel punto que muchas personas europeas olvidaron el hecho de que Jesús fue asiático. Basta echar un vistazo a las pinturas o esculturas en las iglesias.

La canciller es la jefa del partido “Unión Cristiano-Democrática”. Entiendo que es cristiana, entonces percibe el mundo desde el punto de vista de los valores semitas. ¡¿Cómo es que está negando el multiculti, si en una gran parte ella misma es el producto de ese fenómeno?! Los políticos ya deberían dejar de confundir esas nociones. Limitar el multiculturalismo solo a la migración e integración es una mistificación. Algunos políticos simplifican esa idea noble y se excitan con los resultados negativos de la integración. Los parecidos a Merkel creerán que el multiculturalismo funciona solo en una situación, cuando por ejemplo un polaco, al viajar a Alemania o al Reino Unido, tiene que dejar su cultura (ya que dejó su país). Esa persona prácticamente pierde el derecho a su propia cultura (si le hubiera importado la identidad, se habría quedado en su país). Tengo una sensación de que ésta es la lógica. Un turco en Alemania o Polonia tiene que dejar su islam en una cajita, en el país de su origen. ¿Desde cuándo multiculti significa asimilación?

Nadie niega los conflictos en ciudades europeas, donde hay grandes aglomeraciones de los inmigrantes. El dilema es que los políticos reducen todos los problemas al nivel cultural. Donde hay un porcentaje alto del paro y no hay perspectivas, allí el hombre siempre se rebeló. “La Solidaridad” en la Polonia mono-cultural de los años 70 es un ejemplo bastante claro. Frecuentemente las dificultades son de tipo económico y no tienen por qué poseer ese matiz cultural. El multiculturalismo junta varios campos de nuestra vida y es un espejo por el cual llegamos a comprender el mundo. Es una pena que actualmente en muchos países las controversias se acumulen en el multiculti (especialmente antes de las elecciones). La última pregunta: ¿hace falta disolver la Unión Europea solo porque su lema oficial es “unidad en la diversidad”?

Mamadou Diouf

[traducción: Paulina Smolan]