Después de varios años viviendo en Varsovia, aún no he entrado en contacto con la policía. Afortunadamente, cumplo con la ley tanto como pueda. Sin embargo, queda claro que una de las características de un polaco verdadero es la habilidad de escapar al castigo y encontrar lagunas en el derecho. Siempre me ha intrigado una variedad de métodos que se pueden utilizar para evitar el papeleo excesivo, los impuestos y las multas puestas a un polaco medio. En el Reino Unido seguimos estrictamente todas nuestras leyes, en la medida en que, incluso haciendo cola en las paradas de autobús, intentamos tener buenos modales. Por eso me puse a pensar por qué la actitud hacia la ley es tan diferente en nuestros países. Al principio podemos ver una diferencia marcada entre el funcionamiento de los sistemas judiciales. En el Reino Unido se utiliza el termino inglés “common law,” derecho consuetudinario, mientras que en Polonia se utiliza el código de los derechos. Los sistemas se difieren considerablemente uno de otro, pero cada uno tiene sus ventajas y desventajas. El sistema británico del derecho consuetudinario se basa totalmente en los casos anteriores, por lo tanto el juez es muy importante a la hora de determinar la ley. Sin embargo, esto puede causar problemas inesperados, ya que hay varios derechos que no han sido cambiados. Por ejemplo, escupir desde el puente de Westminster sigue siendo ilegal y se castiga con la deportación a Australia. Otro ejemplo: se puede matar a un galés en la catedral de Hereford, con una ballesta desde la distancia de 20 yardas. Por supuesto, sería absurdo cumplir realmente con esas leyes, porque entonces, miles de personas quisieran ir de vacaciones gratuitas. Desde luego ¿quién todavía utiliza la ballesta?
Ahora se puede ver las dificultades que tiene sistema legal británico. Aparte de algunas extrañas leyes que todavía existen, el poder decisivo está en las manos de pocos jueces no elegidos. Estas personas pueden ser muy sabias, pero el poder que tienen es abrumador. Por supuesto, el gobierno puede ignorar o cambiar la ley, pero por lo general, son los jueces los quienes se carga con la responsabilidad. La imagen común del juez británico – un rico borracho aristócrata con una peluca ridícula – es sólo un estereotipo. El sistema permite el triunfo del sentido común.
En comparación, la legislación polaca es rígida, pero concisa. No hay leyes extrañas, anticuadas. Todos los ciudadanos saben exactamente a qué referirse. Pueden basarse en el código para justificar su caso y comprobar si son culpables o no. Todo es claro. El único problema es el tamaño del código. ¿Cuántos realmente han leído este código? Parece que hay tantas leyes y normas que a veces es imposible evitar la ruptura de cualquiera de ellos. Es tan complicado que cuando se habla con dos diferentes departamentos gubernamentales se puede escuchar dos versiones legales completamente diferentes. Recientemente he comprado un piso y he descubierto que técnicamente no soy el propietario al 100%. Todas las instituciones, sean privadas o públicas, tienen una larga lista de normas y reglamentos que deben ser firmados. Por lo tanto no es de extrañar que los abogados sean tan bien pagados.
Otra desventaja del sistema polaco es que está cambiando constantemente. En comparación con Gran Bretaña, las leyes siguen incambiables durante cientos de años, porque no es necesario, porque una situación determinada puede ocurrir sólo una vez. Sin embargo, el gobierno polaco sigue cambiando el código, trata de mejorar algo que en teoría nunca podrá ser perfecto. Por esta razón, la situación se complica aún más, porque lo que es la regla en un año, de repente puede cambiar por completo el año que viene. Hay que ser realmente consciente de todas las modificaciones y las variedades. Para un extranjero puede ser muy abrumador. Ni siquiera puede preguntar sus amigos, porque cada uno tiene una idea diferente de la ley. Mi técnica ha sido siempre la “prueba de fuego” – el mejor método en Polonia. Eventualmente, alguien te dirá cómo funciona todo. Únicamente, hay que encontrar la persona adecuada.
Una parte común de nuestros países es que a ambos no les gusta introducir leyes que castigan a la mayoría en beneficio de la minoría. Además, nos encanta producir leyes, que actúan como una forma de tributación, por ejemplo cámaras fotográficas. Un día escuché una historia cómica acerca de cómo un hombre corría por la Wislostrada tarde en la noche. Corriendo con una velocidad increíblemente pasó 4 radares diferentes, recogiendo bastantes puntos de castigo para perder la licencia para los próximos dos años. En Cambridge me enteré de una chica de 18 años que acababa de pasar su prueba y el radar le sacó la foto cuando corría con la velocidad de 42 millas por hora en la zona de 30 millas. Recorrió la rotonda y una cámara de velocidad colocada en la dirección opuesta le sacó otra foto cuando volvía con la velocidad de 41 millas. ¡Fue suficiente para privarla de la licencia! Todos somos conscientes de que los conductores deben reducir la velocidad, ¿pero es realmente necesario castigarlos tanto?
En el Reino Unido, cuando me fui hace cinco años, el consumo en lugares públicos era la norma. Siempre pasábamos los sábados veraniegos en el parque, con unas cervezas y la pelota. Ahora los policías pasan y confiscan alcohol, ¿y por qué? Debido a que la minoría exagera, se castiga a todos. En Polonia no se puede beber en los lugares públicos desde hace muchos años, porque algunas personas no pueden controlarse a sí mismas. Como consecuencia de que no saben controlarse, sufrimos todos. Las peores leyes son las que nos privan de nuestra libertad. Ahora en el Reino Unido, la policía puede arrestar cualquiera y detener en la cárcel por dos semanas sin ningún motivo, gracias a la ley antiterrorista. En Polonia existe la libertad de expresión, a menos que te expongas tu opinión en contra del Presidente o Primer Ministro. Es triste que hoy en día, en los tiempos de democracia, nuestra libertad sea más limitada que nunca. Incluso en la democracia falta el sentido común.
Si lo piensas bien, lo interesante es que nuestros sistemas legales funcionan de maneras tan diferentes, pero en la Europa moderna están sujetos a los mismos análisis. Me hace gracia también cómo la gente en cada país, encuentra distintas maneras de burlar estas leyes. El polaco es muy listo a la hora de encontrar los métodos de andar en rodeos respecto a la ley, mientras que los británicos tienen una actitud de confrontación. Los métodos de aplicar y mantener sus leyes son también muy diferentes, pero vivimos según muchos estándares idénticos. Es una lástima que cuando Europa está unida, lo mismo pasa con nuestros principios idiosincráticos. Creo que un país siempre cuenta con algunas reglas, pero parece que nadie sabe por qué. Polonia no sería lo mismo, si todos supieron lo que pasaría; no tendría esta sensación de éxito en el desempeño de las tareas burocráticas. Un inglés medio se perdería si no tuviera un caso bien explicado y no podía expresar su opinión furiosa. Todos podemos llegar a un acuerdo respecto a que las leyes son imprescindibles, pero no es el tiempo para normalizar la ley. Creo que la combinación de nuestros sistemas sería una solución muy avanzada.
Christopher Moore
Traducción: Agnieszka Rabiega