“Es extraño este mundo, dónde queda tanto…” Por supuesto, la canción de Czeslaw Niemen dice: “queda tanto mal,” pero yo terminaría el versículo: “quedan tantas cosas que son extrañas para los polacos que vienen a Kiev.”
Abajo enumero diez cosas que aparecen con mayor frecuencia en las conversaciones con los ciudadanos polacos que llegan a orillas del Dniéper, o sea, de lo que les extraña, lo que les impresiona, divierte y sorprende en la capital ucraniana. 1. Es extraño que la gente no tiene baños normales y papel. Aparte se ponen en cuclillas. Quizá no en Kiev, pero sin duda Lviv sigue teniendo problemas con el agua. Todo es posible, pero requiere tiempo. La falta de agua se debe al hecho de que debajo de la ciudad fluye el río subterráneo e imposibilita la construcción del sistema de alcantarillado.
2. No hay donuts ni el pescado ahumado – esto es lo que falta cuando se va a Ucrania. Tal vez en Kiev la situación no es tan mala, aunque los buñuelos son un poco más pequeños y el pescado menos ahumado comparando con lo de Polonia. Bueno, cada uno tiene sus gustos culinarios.
3. Las mujeres y chicas hermosas. Cuando un colega regresó de Ucrania a Polonia después de varias semanas, decía que en Polonia nadie alegra la vista. Incluso, durante la Segunda Guerra Mundial, los soldados de la Wehrmacht cuando pasaban por las tierras de Ucrania mencionaban en sus notas la tierra ucraniana negra y las mujeres bellas. De hecho, las mujeres jóvenes ucranianas cuidan mucho de su aspecto lo que está relacionado con casarse bien.
4. Es una universidad pero parece ser una escuela. Incluso en la universidad se lleva a cabo una lista de los estudiantes donde se registra las notas y comprueba la asistencia.
5. ¿Por qué tan jóvenes? En Ucrania, el sistema educativo es un poco diferente que el de Polonia. A menudo parece que son estudiantes de secundaria los que están en las universidades. Pero es un error grave. En Ucrania, se va a la escuela antes y por lo tanto se puede encontrar a los estudiantes a la edad de 17 años. Lógicamente, todo termina antes.
6. La forma de vestirse puede sorprender especialmente en la periferia. Tal vez esto ha cambiado recientemente, pero antes se solía llevar el calzado deportivo, la ropa deportiva, el cuero negro y la “kiepoczka,” o sea, la gorra para los chicos. El caso de las chicas es completamente diferente: es evidente casarse bien. Pero para esto es necesario hacerse una propaganda buena. En cuanto a Kiev, ahora no se distingue de Varsovia y no es extraño ya que se trata de la capital que indica el estilo.
7. ¡Ah, como se celebran las bebidas alcohólicas, la comida, las charlas, los brindis, el canto... y todo muy fastuoso! Antes en Polonia se echaba a reír porque “en el Oeste” sólo se servía los chips y palitos salados. Así es ahora en Polonia. Por desgracia, los gustos cambian con la posición social de los consumidores, por lo que en Polonia, en lugar de celebrar en sus casas, se comienza a salir a los restaurantes. En la capital de Ucrania, por supuesto, no los faltan, pero no todo el mundo puede permitirse el lujo de utilizar sus servicios. No están al alcance de los bolsillos de todos los ucranianos. Aparte no hay muchos pubs y bares. Ahora la situación es probablemente aún más difícil para los estudiantes porque no se puede tomar cañas en la calle... ¡Qué pena!
8. ¡Kiev – ciudad poderosa! He oído hablar de muchos estudiantes polacos que tuvieron la oportunidad de estudiar o vivir allí. Está realmente a nivel europeo – decían.
9. Las “siemoczki” o sea, pelar pipas de girasol lo que es imposible de encontrar en Varsovia. En cambio, en Kiev, lo encontraremos… y no todo el mundo siempre limpia después de comerlas. Por otro lado, no siempre hay cubos de la basura para echar las cáscaras debido a la falta de los cubos de basura.
10. Los precios diferentes, por ejemplo, a la hora de alojarse en el hotel. Por desgracia, los precios no son iguales para todos, por lo que, a veces, los precios para los extranjeros se difieren considerablemente de los que se ofrecen a los ciudadanos ucranianos.
Paweł Łoza
Traduccion: Agnieszka Rabiega